martes, 23 de septiembre de 2014

A vuelta de las vacaciones

Llego de las vacaciones, relajado y sin estrés, pensando en que la guardia será tranquila. Entro al paritorio y me reciben con una sorpresa de 4 mujeres en dilatación, lo cual a lo largo del día se traduce en 3 partos eutócicos y una cesárea por no progresión del parto, así como unas cuantas urgencias.
Gracias a la ayuda de todo el personal de paritorio, matronas, auxiliares, celadores, anestesistas y mi adjunto ginecólogo T.S.A. todo sale a pedir de boca, cuatro niños sanos, llorando a pulmón vivo pidiendo el abrazo de su madre y un pecho con el que alimentarse.
Para aquellos lectores que estén interesados, lo que acabo de resumir en apenas 5 líneas ha sido el trabajo de más de 12 horas. Aún quedan otras 12 horas de guardia y aquí estaremos para atender, aconsejar y ayudar a toda aquella mujer que acuda por la puerta de urgencias. Alguna se quedará con nosotros para traer al mundo a su niño, otras se marcharan a casa y volverán en unas horas y otras quizá se marchen y no volvamos a verlas, con la satisfacción de unos y otros de haber hecho las cosas bien.
Escribiendo estas líneas llega una gestante de 37 semanas con la bolsa rota. La exploramos, comprobamos ese motivo de consulta y la ingresamos para que en unas horas pueda abrazar a su pequeño.
Esto es un trocito de lo que es esta especialidad. Pero no siempre es todo tan agradable y todo sale bien, por eso lo más importante es poder marcharte a casa con la conciencia tranquila de haber hecho tu trabajo con todo tu entusiasmo y profesionalidad posible.
Hasta pronto.